MSN: REPERCUSION EN LOS JOVENES

Respecto a un relevo realizado en España (es decir, primer mundo), un rango de jóvenes, comprendido entre los 12 y los 29 años, aduce que el MSN Messenger está entre sus primeros bienes de necesidad, como lo podrían ser la comida y la casa. Dios, a donde estamos yendo en este mundo!!!

Para estos chicos españoles, el Messenger se les convierte en una herramienta vital de conexión para con el mundo exterior y por lo tanto, les brinda independencia. El trabajo que ha dado polémicos resultados se denomina “Jóvenes y cultura Messenger: tecnología de la comunicación en la sociedad interactiva” y fue elaborado por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), el Instituto de la Juventud (INJUVE) y la Obra Social de Caja Madrid.

De acuerdo a lo descripto en el muy bien realizado trabajo y reproducido por InfoBAE, casi un 25% de los jóvenes en franja universitaria (20 a 24 años) sostienen que usan el popular programa en forma cotidiana, o sea todos los días, mientras que tan sólo un 3% asegura conectarse al chat, hoy en marcado descenso de uso al igual que los foros de discusión.

Ahora, ¿a qué conclusiones arriba? Por lo pronto, se reconoce en el Messenger una herramienta que ha posibilitado un cambio radical en las formas de comunicación y sociabilización dentro de los jóvenes. El Messenger, además, permite una comunicación continua, prolongada y ciertamente económica, con la posibilidad de elegir con quien hablar y con quien no.

Pero para psicólogos y sociólogos las cosas no son tan felices como un emoticon, porque estamos presenciando la lenta pérdida del contacto "cara a cara" en la transformación de un vínculo de conexión cibernética, ahora patrón insoslayable a la hora de construir una amistad (me da la impresión de que en vez de buena química entre amigos, hay que tener una buena conexión... a Internet).

Convengamos también que el Messenger te ofrece la posibilidad de mostrarte como realmente eres, sin la inhibición que ofrece la presencia de nuestros cuerpos o de crearte un alter-ego para generar relaciones que se basan desde un comienzo desde la mentira, sea esta consentida o no.

Para los padres, entonces, surge el problema del control, un poder que no pueden ejercer cuando sus hijos se encuentran por horas perdidos dentro de un cyber o enchufados a la PC y metidos sin salir de la casa.